Historia del Hotel Paris
los dos prestigiosos palacios renacentistas que albergan Hotel Paris
Nuestro hotel, situado en la Via de' Banchi, ocupa la totalidad del antiguo Palazzo Venturi, anteriormente llamado Palazzo Doni, y una parte del Palazzo Mondragone. Los estudiosos excluyen que el nombre de la calle corresponda a una familia. Probablemente deriva de los bancos comerciales y financieros que tuvieron sede en esta opulenta y suntuosa calle.
La Via de Banchi es una de las pocas arterias de Florencia que se pueden fechar con precisión. En 1324, la Señoría ordena que “se termine la nueva calle que comienza en el Canto di Panzano y que llega en línea recta hasta la Piazza Santa Maria Novella”. Esta calle estaba diseñada para mejorar la comunicación entre el barrio de San Giovanni (catedral) y el de Santa Maria Novella.
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PALAZZO VENTURI
Hasta el siglo XV, en esta zona había algunas casas pertenecientes a la familia Bischeri. En 1599, siguiendo las indicaciones proporcionadas por Ferdinando Ruggeri en su estudio sobre la arquitectura civil florentina, Bernardo Buontalenti empezó a construir aquí un palacio para la familia Doni, que sería su propietaria hasta mediados del siglo XVII. Como parte de la dote de Clarice Doni, el palacio pasó a los Bourbon del Monte, que en 1667 lo vendieron al caballero Cosimo Venturi. En esa época se llevaron a cabo una serie de transformaciones, sobre todo en la planta principal.
Durante la ocupación francesa, el propietario del palacio por aquel entonces, el senador Ippolito Venturi, celebró fastuosas recepciones en las que participaron José y Elisa Bonaparte. Tras la muerte de Ippolito, el edificio pasó a su hija Marianna Garzoni Venturi, que se lo vendió al príncipe don Ercole de los Pio di Savoia en 1850, quien lo usaba como residencia cuando estaba en la ciudad. Este colocó en el palacio un precioso fresco de Domenico Veneziano extraído de un tabernáculo que se encontraba en la cercana Via de Carretani. -
PALAZZO MONDRAGONE
El Palazzo Mondragone, que alberga en su segunda planta una parte de nuestro hotel, debe su nombre al marqués de Mondragone, Flavio di Arazzola. Este noble napolitano, al establecerse en Florencia, alquiló una casa de propiedad de los Ricasoli que se encontraba en este lugar. En 1570 adquirió el edificio y le encargó a Bartolomeo Ammannati que lo transformara en un auténtico palacio. Flavio Mondragone tenía una relación muy cercana con Francisco I de Médicis, pues Cosme I le había encomendado su instrucción cuando era un muchacho, y al parecer su esposa Donna Mondragone había favorecido los encuentros entre Francisco y la noble veneciana Bianca Cappello dentro del palacio. De ahí la leyenda según la cual el fantasma de la mujer se pasea todavía entre las paredes del palacio, y por tanto del hotel.
Al perder la protección de Francisco I, los Mondragone se marcharon de Florencia y vendieron su palacio a un Carnesecchi, el banquero Zanobi di Bartolomeo, por 7000 ducados. En tiempos anteriores, en este lugar había algunas casas pertenecientes a los Tornabuoni que fueron reunidas en un solo edificio por los Cini y cedidas a los Ricasoli a mediados del siglo XVI.
LA ARQUITECTURA
La fachada principal se encuentra en la Via de Banchi. La esquina que mira hacia Santa Maria Novella está ornamentada con un gran escudo de los Ricasoli. A pesar de que esta familia ya no era la propietaria del palacio, este escudo sustituyó el de los Mondragone por una especie de damnatio memoriae hacia Bianca Cappello y sus seguidores por parte de Fernando I de Médicis. A continuación el palacio cambió de propietarios numerosas veces hasta llegar a su estado actual: una parte forma parte del hotel y la otra está compuesta por apartamentos.
La fachada que da a la Via de Banchi presenta un aspecto típicamente manierista, con dos grandes portales y ventanas inginocchiate en la planta baja y dos hileras de ventanas en las plantas superiores, apoyadas sobre cornisas marcaplanta y coronadas por arquitrabes en relieve. Este lado cuenta también con una terraza, a la izquierda, que se caracteriza por su balaustrada de piedra. En cambio, la fachada de la Via Panzani no es la original, esta fue derribada en el siglo XIX para ensanchar la calle, la que se ve hoy en día es una reconstrucción anónima.
Actualmente se entra al edificio por el hall del hotel, donde se encuentra un blasón de los Venturi con tres roques sobre fondo azul y jefe de Anjou. Las vidrieras pintadas de la primera planta son obras de inicios del siglo XX.
El primer piso cuenta con una interesante sala pintada al fresco, donde actualmente se sirve el desayuno, con grutescos en el techo al estilo de Bernardo Poccetti, si bien se remontan a un siglo más tarde, el XVIII. También presenta escenas alegóricas en los lunetos y un escudo de los Venturi sostenido por amorcillos.
Una de las salas de la segunda planta, la que hoy en día es nuestra habitación presidencial, tiene el techo decorado con frescos del siglo XIX que representan el Tiempo, inspirados en el estilo neogótico. En sus cuatro extremos aparecen las figuras de unos amorcillos realizando actividades relacionadas con las cuatro estaciones. Completan la representación una serie de elementos florales y vegetales encima de los cuales se observan los símbolos de los doce signos del zodiaco a modo de escudos. También se puede apreciar una chimenea y una pila de piedra, ambas del siglo XVI.
Las otras salas del palacio albergan actualmente las habitaciones del hotel. Algunas de ellas presentan decoraciones del siglo XIX, como la antigua alcoba, con esculturas de cariátides en terracota vidriada que sujetan cestas con flores y fruta modelada.